Publicado por: unpaisenlasalforjas


Un país en las alforjasHoy salimos de la casa rural de Brugos de Fernar con un plátano y un puñado de galletas que nos metieron en una servilleta de papel ayer en la fiesta de Devesa de Boñar y tras engrasar un poco las bicis, bajamos los cuatro kilómetros que nos separan de La Robla, donde ahora sí, desayunamos algo calentito, que a estas horas hace frío todavía.

Un país en las alforjasLa temida subida hacia La Magdalena al final no fue nada y estábamos muy bien de tiempo cuando apareció en nuestro camino Jan, un francés que a base de recorrerse España andando, la conoce mejor que nosotros. Justo en el alto lo encontramos, y una hora después ahí estábamos todavía de charla. Suerte que Carolina habla francés porque pudimos intercambiar una agradable charla con él. Tras la foto final comenzamos a bajar hacia La Magdalena. Compramos algo de comida para adentrarnos en el monte, que no sabemos lo que nos espera y seguimos... 

Un país en las alforjasNo seguimos mucho, porque en la Oficina de Turismo de Canales paramos a sellar las credenciales, y otra hora de charla entre una cosa y otra, intercambiando vivencias y experiencias de este todavía desconocido camino para la gran mayoría. Están haciendo un gran esfuerzo para fomentarlo, y nosotros desde aquí aportaremos nuestro granito de arena para que así sea.

Un país en las alforjasSeguimos ruta y ya eran casi las dos de la tarde. No tenemos remedio. Pero ¿y lo bien que lo pasamos?

Después de la larga bajada empeza una subida tendida pero larga alternando carretera y camino, con pocos pueblos en esta zona. 

Un país en las alforjasA todo esto el tiempo sigue pasando, y empezamos a tener hambre, así que en Riello paramos de nuevo a comer y a recalcular la etapa. En la oficina de turismo de Canales nos habían ayudado con el alojamiento de hoy, que es bastante complicado. Y la cosa es muy sencilla: o nos quedamos en Pandorado o tenemos que hacer 30 kilómetros más hasta Fasgar en donde sólo hay un albergue, y en este viaje no venimos preparado para ello. Además son ya las cuatro de la tarde y no sabemos lo que tenemos por delante. Bueno, sí lo sabemos: un pedazo de monte que da miedo verlo.

Un país en las alforjasAsi que decidimos avanzar hasta Pandorado donde nos quedamos en el Gran Hotel Pandorado, un espectacular complejo en un lugar increíble. Nos lo han abierto para nosotros y otra pareja de portugueses que vienen andando por detrás de nosotros y que hemos visto en Riello hace un rato.

Aún así, hemos hecho hoy 42 kilómetros que nos saben a poco.







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